Buenos días Insiders,
Ayer vino Juan (nombre inventado obviamente), 67 años, recién jubilado.
Hace una década compró lingotes de oro… en la competencia.
Entró avergonzado, casi pidiendo perdón: traía facturas a su nombre, todo en regla, y aun así temía oír el “solo recompramos lo nuestro”.
Su cara cuando le dije que pagaríamos lo mismo que si los hubiera comprado aquí no se me va a olvidar.
Juan nos contó que en otros sitios solo recompran si previamente les has comprado a ellos.
Nosotros no funcionamos así: si el metal es bueno y está bien documentado, lo compramos.
Juan se fué extremadamente contento. Normal: después de toda una vida trabajando, empezar la jubilación con un buen dinero extra en la cuenta bancaria da paz.
Nos explicó que había comprado estos lingotes justamente para cuando se jubilará tener un buen colchón, sin duda Juan lo ha conseguido.
A veces no se trata de exprimir al cliente; se trata de respetar su historia.
Porque detrás de cada lingote hay años de esfuerzo… y eso no tiene marca.
Historias así nos recuerdan por qué hacemos lo que hacemos:
la confianza no se anuncia, se demuestra.
Nos leemos mañana,
Pep
Andorrano Insider
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Sin rencores, como siempre.
