Buenos días Insiders,
Otra vez 2020 en el retrovisor.
La Generalitat ha vuelto a imponer la mascarilla obligatoria en centros sanitarios y residencias de Cataluña.
Primero “recomendación”, luego “sentido común”, ahora otra vez obligación. El déjà vu es curioso.
Te lo digo claro desde el principio:
en Andorrano no tenemos ni idea de medicina, contagios ni protocolos sanitarios.
No somos epidemiólogos, ni queremos jugar a serlo.
Por eso no vamos a entrar en si la medida funciona o no funciona, si llega tarde o si es excesiva.
Lo que sí sabemos —porque lo vivimos igual que tú— es esto:
cada vez que un estado, comunidad o cacique local prueba una herramienta de control “temporal”,
la palabra temporal suele tener la piel muy dura.
Pasa con las mascarillas.
Pasa con los impuestos “excepcionales”.
Pasa con los recargos “mientras dure la crisis”.
Pasa con las normas “hasta que pase el bache”.
Hoy te piden otra vez mascarilla.
Mañana, quién sabe:
otro impuesto especial,
otra vuelta de tuerca sobre las pensiones,
otro invento digital para “ordenar” tus facturas o tus movimientos.
Y mientras tanto, el patrón se repite:
las reglas cambian sobre la marcha,
las decisiones vienen de arriba,
y el que se adapta siempre eres tú.
Por eso, más que discutir si la mascarilla concreta tiene sentido o no,
a mí me interesa el mensaje de fondo:
Si tu salud depende solo de lo que decidan otros, vas vendido.
Si tus ahorros dependen solo de lo que decidan otros, también.
Lo vimos con las pensiones.
Con los cambios fiscales cada seis meses.
Con normas como Verifactu, que van, vienen, se retrasan, se modifican… pero siempre vuelven disfrazadas de “mejora”.
Ahí es donde entran las cosas que sí controlas tú:
el ahorro que no está 100% atado a un BOE,
el patrimonio que no se puede reprogramar con un decreto,
el porcentaje de tu vida financiera que no depende de un login.
Llámalo oro, llámalo plata, llámalo colchón.
No es una receta mágica, es una filosofía básica:
tener una parte de tu patrimonio fuera del alcance del “ya veremos” institucional.
Te lo dejo para que lo rumies con el café:
– ¿Te fías de que las reglas del juego económico y fiscal sigan igual dentro de 10 años?
– ¿Tienes algo ahorrado que dependa solo de ti y no de un sistema?
– ¿Crees que hemos aprendido algo desde 2020… o estamos repitiendo el patrón con otros nombres?
Te leo.
Nos leemos mañana,
Pep
Andorrano Insider
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